Pablo Lira.
El conocimiento de la realidad externa de la empresa, así como el procesamiento y evaluación de la información que alimenta la toma de decisiones para la acción organizacional se lleva a cabo mediante una actividad interna de seguimiento, la cual permite obtener una base de conocimientos sobre los cambios que se suceden en el entorno. Ya Katz D., Khan R. (1977) señalaban su importancia al concebirla como inteligencia o función retroalimentadora. Adicionalmente, sostuvieron que la consideración misma de la organización como un sistema cerrado, destacaba lo débil que resultaban muchas compañías industriales en sus departamentos de investigación de mercados, siendo que dependen, al extremo, de este último. A su vez, consideraron la tendencia de que en nuestra sociedad las organizaciones se irán moviendo cada vez más hacia el mejoramiento de las condiciones de investigación para valorar las fuerzas del mercado.
Adaptado de Ian Gordon (1996)
En línea con lo anterior, Porter M. (1980) propone que la formulación de una estrategia competitiva implicaba posicionar a la empresa para maximizar el valor de las capacidades que la distinguen de sus competidores. Un aspecto central en ello es, el análisis perceptivo de la competencia, cuyo objetivo es el de desarrollar un perfil de la naturaleza y éxito de los cambios de estrategia que cada competidor podría hacer, la respuesta probable de cada competidor a la gama de posibles movimientos estratégicos que otras empresas pudieran iniciar, y la reacción probable de cada competidor al arreglo de cambio en el sector industrial y los cambios del entorno que pudiera ocurrir.
La noción de inteligencia tecnoecómica empresarial ha recibido diversas definiciones, entre las que se pueden senalar la de Lagerstam C. (1989), quien la consideró como "todas aquellas cosas que deben conocerse de antemano, previo al inicio de un curso de acción". Cubillo J. (1991) la define como "aquellas capacidades intelectuales organizadas de una empresa productora o de un departamento gubernamental para percibir cambios emergentes en las condiciones de su ambiente operativo y para preparar movimientos alternativos adaptativos, a fin de maximizar la probabilidad de obtención de objetivos, en virtud de esos cambios".
Adaptado de Ventocilla E (1996)
Considerando el aporte de autores como Olivera A. (1996), Ventocilla E. (1995), Peña G. (1992) y otros, así como la experiencia del autor del presente trabajo, la inteligencia tecnoeconómica empresarial (ITE) puede definirse como "el proceso sistemático de identificación, procesamiento, evaluación y determinación de impactos y consecuencias, basado en datos públicamente disponibles, de la evolución interna y externa de un sector empresarial dado, las capacidades y el comportamiento de los competidores, proveedores y clientes actuales y potenciales, a fin de construir una base de decisiones que apoye las acciones de viabilidad, estabilidad y factibilidad de la organización en el tiempo." Si detallamos la definición presentada, tenemos que la ITE es:
Cualquier organización, como todos los sistemas sociales, necesitan desarrollar y desplegar el grado de su aceptación en el entorno, y de respuesta a los cambios que se producen en él, a fin de asegurar la disponibilidad de los recursos pertinentes para su sobrevivencia. Lo cual conlleva a alcanzar objetivos de:
con la finalidad de modificar o ajustarse a las situaciones del entorno, estas constituyen la razón de la estrategia. Ventocilla E., Alfonso R. (1995). Ya Barnard C. (1957) sostuvo que la causa de la inestabilidad y la duración limitada de las organizaciones formales es causada por fuerzas externas. En consecuencia, la estrategia es el conjunto de decisiones, ya sean emergentes o deliberadas que se toman en las empresas para modificar en forma positiva su estado de situación, asegurando el mantenimiento de sus reglas constitutivas y para crear condiciones favorables para el logro de su misión y objetivos.
La ITE se constituye como soporte fundamental en la formulación de las estrategias al brindar una base de conocimientos y de decisiones que le permite decidir y actuar en forma oportuna. Lo anterior es reforzado según un reciente estudio llevado a cabo por una empresa consultora venezolana, el cual arrojó como resultado que, en una muestra de 40 empresas de las 500 empresas más grandes del sector privado, el 90 % realiza el análisis de los competidores obedeciendo a un proceso de planificación estratégica. Perdomo L. (1996).
La ITE puede ubicarse en el marco del proceso de formulación de estrategias en la fase de lo que los autores han denominado análisis ambiental, auditoria externa e interna, analisis del contexto; considerando que la ITE va más allá de la identificación de las oportunidades, amenazas, fortalezas y debilidades, o la identificación de tendencias.
Fuente: Peña. G. (1996) Seminario Inteligencia del entorno. Maestría en Ciencias Administrativas. UCV