Espacios. Vol. 12 (3) 1991. Pág. 6

Informática y desarrollo industrial en América Latina

Carlos María Correa *


Índice:

RESUMEN:
Este artículo, en primer lugar, el grado y modalidades de difusión de la informática -incluyendo la automatización flexible-. Segundo, analiza diversos factores que inciden en el ritmo de difusión de esas tecnologías en la región. Tercera, discute el impacto sobre la difusión atribuible a las políticas que propiciaron el desarrollo de la industria informática nacional, haciéndose énfasis en los casos de Argentina, Brasil y México. Finalmente, se hacen algunas consideraciones sobre posibles estrategias para fomentar el uso adecuado de la informática y la automatización flexible en el sector industrial y particularmente en las pequeñas y medianas industrias.

ABSTRACT:
This article studies four aspects of computer science. First, the degree and different ways to disseminate it (including flexible automation). Second, the analysis of several factors that determine the dissemination of that technology within the region. Third, the impact, on this dissemination, originated by the policies that propitiate a national computer industry, emphasizing the cases of Argentina, Brazil and Mexico. Finally, the possible strategies to follow in order to promote the proper use of computer science and flexible automation in the industrial sector, particularly in the small and medium-scale industries.

1. INTRODUCCION

La aplicación de la informática en el sector industrial ha despertado expectativas tanto en países desarrollados como en desarrollo, que sólo se han satisfecho parcialmente hasta ahora. En América Latina, el potencial de esa tecnología como herramienta para aumentar la productividad y la competitividad industrial, y para impulsar el desarrollo económico y social en general, ha sido destacado en numerosos estudios y contribuciones (ver, por ejemplo, CEPAL, 1986) y ha motivado acciones públicas de diverso alcance (Correa, 1988). Sin embargo, la difusión de la informática en las empresas industriales es incipiente y son en realidad pocos los esfuerzos sistemáticos realizados para promover una mayor y mejor utilización de aquella.
Esta nota examina, en primer lugar, el grado y modalidades de difusión de la informática -incluyendo la automatización flexible- en la industria latinoamericana. Segundo, analiza diversos factores que inciden en el ritmo de difusión de esas tecnologías en la región. Tercero, discute el impacto sobre la difusión atribuible a las políticas que propiciaron el desarrollo de una industria informática nacional. Los casos de Argentina, Brasil y México se tratan de modo particular. Cuarto, se efectúan algunas consideraciones sobre posibles estrategias para fomentar un uso adecuado de la informática y la automatización flexible en el sector industrial y, particularmente en las pequeñas y medianas empresas.

El propósito de esta nota es, como surge de lo anterior, considerar la informática y sus aplicaciones en la industria como herramienta de producción, y no como objeto de ella.

2. GRADO Y MODALIDADES DE DIFUSION DE LA INFORMATICA EN LA INDUSTRIA LATINOAMERICANA

La información sobre la intensidad y formas de utilización de la informática en América Latina es fragmentaria y comparable sólo parcialmente entre sectores y países. Si bien hay esfuerzos en curso para corregir esta situación, (1) divergencias metodológicas y la inexistencia de censos sistemáticos dificultan un análisis de conjunto.

El cuadro 1 brinda una idea aproximada (aunque parcial) de la dimensión del parque informático en un grupo de países de la región. El revela que el Brasil es el país con el mayor número de computadoras instaladas, si bien es Costa Rica el de mayor densidad por habitante, seguido por Venezuela.

La medida de la difusión de computadoras en el sector industrial es incierta. Si bien en la era de los main-frames era fácil seguir la huella de las computadoras instaladas y su utilización sectorial, con la irrupción de las microcomputadoras esa tarea se ha hecho extremadamente compleja. Así, en Argentina las últimas estadísticas elaboradas oficialmente daban cuenta de la distribución de computadoras por sectores, más con un elevado porcentaje de equipos con destino desconocido. Para los equipos de uso identificable, sólo un 22% correspondía al sector manufacturero. El sector de servicios (principalmente de comercio, financieros y de seguros) aparecía entonces -y probablemente lo continúa siendo hoy- como el mayor usuario de equipos computacionales (SID, 1985).

La situación en otros países para los que se dispone de información es similar. En Colombia, por ejemplo, los servicios concentran el 44% de las computadoras instaladas y censadas, y la industria manufacturera el 20% (DANE, 1987).

La distribución de equipos presenta también heterogeneidades estructurales desde un punto de vista geográfico y del tamaño de las empresas usuarias. Ellos se concentran fuertemente (incluso relativamente más que el conjunto de la actividad económica) en los centros urbanos, en tanto predominan como usuarios las grandes empresas nacionales públicas y privadas, y en particular las filiales de firmas del exterior (Cepal, 1986).

Las modalidades del proceso de difusión de computadoras en América Latina han sido fuertemente determinadas por las estrategias de las grandes empresas proveedoras, y por el contexto económico, técnico y educacional prevaleciente en la región en los últimos treinta años.

En primer lugar, la capacitación del personal para el uso de la informática ha estado, sobre todo en sus inicios, muy centrada en las calificaciones para manejar los equipos en sí mismos y no para diseñar y operar sistemas de información. En las primeras etapas esa capacitación estuvo fundamentalmente a cargo de los propios proveedores, hasta que fueron surgiendo carreras de diverso nivel para especialistas en informática. Dos consecuencias se derivan de lo señalado: por un lado, la poca atención prestada al desarrollo de los sistemas de información ha significado que éstos con frecuencia han sido mal planificados, (2) y son difíciles de mantener y operar. Además, la informática ha quedado en gran medida confinada a las tareas administrativas rutinarias (p. ej. contabilidad, nómina de personal, inventarios de activos fijos) y ha sido desaprovechada como herramienta para la toma de decisiones a nivel gerencial y, en particular, para la planeación y control de la producción. Por el otro, la instalación de equipos y la tendencia a realizar desarrollos “in house”, no favoreció el surgimiento de una industria local, la que aún tiene una proyección limitada tanto por el tipo de programas desarrollados como por su calidad y documentación.

Segundo, ha habido por lo general criterios muy laxos en cuanto a la utilización de los equipos. Ha sido escasa la preocupación respecto de su rendimiento, y es así como en muchos países de la región se repite el fenómeno de equipos ampliamente subutilizados, y otras situaciones en las cuales no se ha logrado explotar convenientemente el potencial que la informática ofrece (3).

Tercero, América Latina sigue con cierto rezago las tendencias prevalecientes en los países industrializados. Un ejemplo de ello bastante notable se da en relación con el modelo de informatización centralizado que todavía predomina en la región, con la utilización de equipos de porte mayor y la conformación de grandes centros de cómputos, cuando en los países industrializados se impone crecientemente una informática más distribuida, apoyada en redes y microcomputadoras.

Al igual que para los equipos de cómputo, son pobres los datos sobre la difusión de equipos de automatización flexible en la región. En Argentina, se estimaba (en 1986) un parque del orden de los 500 tornos de control numérico, aplicados principalmente para la fabricación de equipos para la industria petrolera, maquinaria agrícola, bombas y válvulas (Chudnovsky, 1986) y la existencia de una veintena de robots concentrados en la industria automotriz y electrónica (Correa, 1987). En el Brasil, el número de equipamientos de control numérico computarizado superaba las 4.500 unidades en 1989, eran del orden de 2.500 las estaciones de CAD/CAM y 113 los robots instalados (Sobracom, 1989; ver también SEI, 1988). Información más detallada está disponible en relación con la industria de bienes de capital de Colombia, país en el que 25 empresas (alrededor del 10% de las empresas metalmecánicas)contaban con máquinas herramientas de control numérico, y menos de una decena poseían sistemas CAD. Sólo se identificaron dos sistemas CAM instalados. La gran mayoría (84%) de las empresas que han efectuado instalaciones de máquinas herramientas de control numérico en Colombia entran en la categoría de “grandes empresas” (Bernal, 1988).

Tampoco es mucha la evidencia empírica sobre las modalidades que ha asumido la introducción de automatización flexible en la región. Estudios aislados (Chudnovsky, 1986; Bernal, 1988; Correa, 1987; Domínguez-Villalobos, 1988) revelan que, en el caso de las herramientas de control numérico y los robots, su incorporación responde más a requerimientos de calidad, consistencia de productos (en el caso de subsidiarias extranjeras) y mejora en las condiciones de trabajo, que a la reducción de costos laborales. En general, las firmas adquirientes no realizan análisis de rentabilidad previos, hay un escaso esfuerzo de ingeniería de aplicación y (en el caso de equipos importados) se plantean serios problemas de mantenimiento y optimización en el uso del equipo. La falta de una relación directa usuario-proveedor, por ejemplo, en varias instalaciones de robots en la Argentina, han sido causa de enormes problemas y sobre costos de operación (Correa, 1987).

En suma, y no obstante la precariedad de los datos disponibles, no hay duda de que, en comparación con la difusión ocurrida en los países industrializados (OECD, 1989; Edquist y Jacobsson, 1988), América Latina se encuentra considerablemente rezagada en la difusión tanto en las computadoras en la gestión de la empresa industrial como de los equipamientos de automatización flexible. También es claro que los patrones de difusión predominantes en la región presentan fuertes distorsiones, fundamentalmente debido a una insuficiente preparación de los usuarios para incorporar los nuevos sistemas, y a una inadecuada relación con los proveedores de aquellos. La sección siguiente analiza en mayor detalle algunos de los factores que influyen sobre el ritmo de difusión de esas tecnologías en América Latina.

* Consultor, especialista en propiedad industrial, Director de la Revista del Derecho Industrial que se publica en su país, Argentina.

1. Como los realizados en el marco del Programa regional PNUD/ONUDI sobre Cooperación en Informática y Microelectrónica (RLA/86/003).
2. Un estudio sobre la industria de bienes de capital de Colombia revela, por ejemplo, que
“un número importante de empresas no realiza ningún tipo de diagnóstico para tratar de dimensionar sus necesidades en el campo de la informática. El resultado es la automatización de departamentos y secciones a manera de “islas” que se van consolidando hasta que se presenta el problema de integración de la información y los sistemas hacen crisis. Durante las visitas se evidenció el caso de empresas que por errores en la planificación de sus sistemas informáticos estaban en la disyuntiva de empezar de nuevo o de tratar de rediseñar sus sistemas iniciales” (Bernal, 1988). Distorsiones de este tipo han sido muy frecuentes también en el sector público. (Ver Correa, 1988).
3. Una encuesta realizada en Venezuela determinó, por ejemplo, que la capacidad utilizada de los equipos de cómputo sólo alcanzaba en promedio el 45% en el sector gobierno (OCEI, 1989).

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