Igor A. Arias M.
El sistema de innovación tecnológica ocurre en un cada vez más complejo ambiente. En el existen fuerzas de gran dinamismo, algunas independientes, otras interdependientes que ejercen una constante significativa influencia en el comportamiento del mismo. A un gran nivel podemos decir que se trata de fuerzas económicas, sociales, políticas, ecológicas, manifestadas en términos de: recursos naturales, ventajas comparativas en rubros, políticas económicas, sociales, mano de obra, tasa de cambio, etc., que actúan en el estado-nación y afectan el comportamiento de los diferentes sectores de la actividad productiva.
El ambiente ejerce su acción por la vía de una variada y constante oferta-demanda. Ofrece recursos, marco legal, político, institucional, seguridad, etc. y a su vez demanda innovaciones para resolver los problemas tecnológicos de la agricultura.
El ambiente visto en esta forma general, resulta en un acopio de indefinibles de poca utilidad a la hora de estudiar sus efectos sobre el sistema de innovación. Por ello parece importante adaptar algunos criterios de McDermott y Andrew, (1993) encaminados a realizar una más conveniente clasificación, a saber:
Ambiente habilitante (Enabling environment): Lo conforman aquellas instituciones y organizaciones que proveen recursos y/o autoridad a los componentes del sistema. Ejm. Oficinas de planificación y finanzas gubernamentales, poder legislativo, donantes, etc. Este ambiente es fundamental para el desenvolvimiento de las instituciones, podemos decir que el se encuentra en un nivel superior y le dá el poder y la autoridad a la organización, al igual que asigna o ayuda a asignar recursos, un elemento básico para ejercer la autoridad conferida.
Las instituciones del sistema nacional de innovación tecnológica agrícola (SNITA) deben establecer una estrategia coherente, y política convincente en las relaciones con este ambiente, por cuanto de ello depende la cantidad y oportunidad de recursos a obtener. No obstante, es preocupante observar la poca atención puesta por las organizaciones públicas a esta necesidad y por eso es recurrente la incertidumbre, urgencia, a improvisación en su gestión gerencial.
Ambiente normativo: Incluye aquellas instituciones que defienden normas y valores de la sociedad: Partidos políticos, organizaciones religiosas, ambientalistas, de derechos humanos, protección al consumidor, etc. Se trata de instituciones reguladoras y vigilantes de los actos de terceros; influyen por vía directa o a través del ambiente habilitante, en el comportamiento de las organizaciones.
Ambiente difuso: Son instituciones que ayudan a crear la imagen de las organizaciones: radio, prensa, televisión; su efecto es indirecto y sirven de puente entre los componentes del sistema y los otros ambientes. Poseen una muy amplia cobertura y capacidad de penetración, razón por la cual debe dársele alta prioridad en la estrategia vinculatoria. Este ambiente es también considerado un medio de difusión de tecnologías.
A los anteriores agregaremos dos ambientes considerados de primordial importancia:
Ambiente de usuarios: Es muy importante tomar en cuenta el ambiente formado por los usuarios y beneficiarios de las innovaciones: productores, agroindustriales, comerciantes, organismos de ciencia y tecnología, consumidores, etc. Es en este ambiente donde se sintetizan las demandas que la sociedad hace al sistema. Los usuarios más que demandantes pasivos, son un componente de alto dinamismo en constante interacción con los otros componentes, son un condicionador de flujos, y en general del funcionamiento del sistema como un todo. Debe, por ello, ser constantemente investigado para detectar necesidades tecnológicas a impacto de los productos del sistema.
El Estado: El estado ejerce una constante fundamental influencia sobre el sistema de innovación tecnológica. Es un ente polimorfo que aparece entre los componentes, en el ámbito interno y el ambiente externo, cumpliendo múltiples funciones, todas de importancia capital. Las políticas del estado, al afectar las condiciones que crean demandas por innovaciones, condicionan indirectamente el use de tecnologías. Lindarte y Jaffé (1994), al pitar a Doryan y Jiménez 1993 consideran al estado como socio de los procesos de innovación y por tanto ente activo de apoyo. Sus políticas y acciones, señalan, propenden a: eliminación de obstáculos, distorsiones y muletas; suministro de recursos facilitadores del cambio; establecimiento de un marco de consenso estratégico para guiar la transformación; y el desarrollo del marco institucional, organizacional, normativo, regulatorio y legal requerido.
Los mismos autores fijan 4 objetivos estratégicos de la política estatal:
Para finalizar este aparte debemos decir que es de vital importancia caracterizar el ambiente en que ocurre el sistema, sus instituciones, forma de relacionamiento, fuerzas actuantes, dinamismo, el impacto de las entradas y salidas. La vigencia de las instituciones del sistema de innovación, reiteramos, depende del grado de adecuación de su producto a las demandas de su ambiente: la sociedad en su conjunto. El SITA debe constituirse en un franqueador de caminos, en el que su producto, las innovaciones tecnológicas agrícolas, constituyan fuerzas guiadoras de cambios en productividad, competitividad y bienestar de la sociedad. Es este producto y su impacto en el desarrollo, el mejor instrumento de promoción y a la vez de vinculación del sistema con ambientes cada vez más exigentes.