Mauricio Ramos
Según Harvey M. Sapolsky (1977 : l52), del M.I. T ., el proceso de adquisición de armamentos está condicionado lor dos tipos de incertidumbre: la tecnológica y la política. La incertidumbre tecnológica esta ejemplificada en la pregunta : puede un ítem específico ser desarrollado en un tiempo específicado por un precio especificado? Dado su carácter de sistema integrado en un sistema de armas complejo, la falla en desarrollar un ítem puede ocasionar la inutilidad del sistema completo.
Por su parte, la incertidumbre política según Sapolski, se refiere a la pregunta ¿será valioso el ítem cuando sea finalmete desarrollado? ya que las amenazas percibidas y las estrategias nacionales pueden cambiar rápidamente.
Este problema se agrava cuando al competir por los escasos recursos, los pro- ponentes de un sistema de armas particular, incluyendo científicos e ingenieros quienes la mayoría de las veces son los promotores de los nuevos proyectos de armamentos, tienden a exagerar los beneficios militares a obtenerse de los desarro- llos propuestos y subestiman los riesgos tecnológicos y políticos envueltos en tales desarrollos (Sapolsky, 1977).
Algunos comentaristas de investigaciones con fines militares son susceptibles catalogar como "determinismo tecnológico " a lo que es factible. a ser producido (Sapolsky, 1977); en cambio otros como Ronald MacKenzie (en Wim A. Smit, 993:397) afirman que "no hay una lógica intrinseca determinando el curso del cambio tecnológico, que no existe ninguna 'trayectoria natural' ni determinismo tecnológico ". También MacKenzie desmitifica el "determinismo político " revelando que es falso que el Estado sea monolítico y que posea una sola meta, actuando como un ente o actor-decisor individual. Quizás lo más importante de las revelaciones de MacKenzie sea la imposibilidad de separar "lo tecnológico" de "lo Dolítico" ya que muchas veces la tecnología está configurada por la política en forma indirecta ;este argumento coincide con lo afirmado por Sapolski (1977:453) de que nuevas armas es menos el producto de fuerza tecnológicas que el producto de factores institucionales y sociopolíticos".
El desarrollo de un sistema de armas envuelve la elaboración de una enorme cantidad de diseños técnicos, de especificaciones, de normas, de manuales técni- cos, operacionales y logísticos. De aquí 1a necesidad de la empresa nacional (privada o gubernamental) de poseer una, buena experiencia en la preparación de documentación técnica. Son indicadores de esta experiencia, la existencia de una estructura de documentación, el contenido de los manuales, la calidad de los diseños y de los textos y la capacidad de retroalimentación. (José A. Albano do Amarante, 1985:135). (negrillas propias).
Como fue determinado previamente, la documentación técnica es uno de los medios a través de los cuales la tecnología, de una manera explícita, influencia los procesos de adquisición del material físico, componente de los sistemas de ar- mas. Estas documentaciones formalizadas a través de los contratos de adquisición, deben ser tomadas como expresiones ma- teriales incompletas del conocimiento. (Pirró e Longo, 1984:43).
Esta afirmación anterior se basa en el hecho de que la documentación técnica es la base de la crítica de los estudios relativos de transferencia de tecnología y que en ellos la tecnología no se presenta de una manera verdaderamente "explícita".
Según Wladimir Pilló e Longo (1984) existe una confusión semántica reinante con relación a la comercialización de tecnología ya que el proceso de adquisición (compra y venta de tecnología) es tenido como transferencia de tecnología, "expre sión absolutamente infeliz para designar lo que realmente está ocurriendo ".. El uso de la palabra "transferencia" y no adquisición o compra, trae la idea de que el proveedor está realizando una acción altruística, proveyendo al receptor de todos los conocimientos que posee sobre deter- minado asunto para ayudarlo a resolver un problema específico. En la realidad, lo que ocurre es una venta en la cual el proveedor esconde los conocimientos y vende las instrucciones formalizadas en la documentación técnica.
Es interesante, por ejemplo, estudiar detenidamente lo que el Departamento de Defensa de Estados Unidos define como "transférencia de tecnología " :
"Es ceder a la industria de un país a otro, o entre países, información técnica :elacionada al diseño, ingeniería, manufactura y producción de técnicas para. sistemas de hardware, usando información cientllica y técnica. Esto normalmente no incluye la transferencia de documentación sobre estándares militares, especificaciones, manuales o contrapartes comerciales de estos documentos" (en Maulicio Ramos Alva- rez, 1993: 20).
A este concepto se antepone una definición más adaptada a nuestro contexto de país en desarrollo. Adeodato de Souza Neto (1991 :4) define la transferencia de tecnología como:
"La adquisición de conocimientos necesarios para la producción de bienes y servicios (tecnología) de una manera desagregada y de tal manera de permitir la absorción, adaptación y mejoramiento de los mismos (Ios bienes y servicios), con elevado grado de autonomía " (negrillas propias).
Esta segunda definición abre la posibilidad de que los contratos de adquisición de tecnología puedan propiciar o no la "verdadera" transferencia de tecnología. Aunque se abra esta posibilidad, esto no significa que la transferencia ocurrirá; pues el proceso de transferencia de tecnología es un proceso mucho más com- plejo cuyo estudio general se amplía en otros trabajos diferentes a éste.
Los productos estrictamente bélicos presentan particularidades en su producción, comercialización y uso que afectan profundamente las características de las tecnologías envueltas, debiendo ser examinadas simultáneamente como tecnolo- gías y como industrias. La adquisición y comercialización de estos materiales, pre- sentan limitaciones bastante serias y están sujetas como lo mencionamos anterior- mente a incertidumbres y riesgos tanto tecnológicos como políticos.
En general, las tecnologías de uso bélico aunque sean generadas por empresas privadas, no pueden ser negociadas libremente; aunque los gobiernos de los países generadores no hayan contribuido a su desarrollo son consideradas de interés por razones de seguridad nacional y sujetas a restricciones de los gobiernos vendedores. En este caso, las ventas son evaluadas desde el punto de vista estratégico además del económico, resultando de aquí, que las tecnologías más vendidas se refieren a materiales de importancia secundaria o están en vías de obsolescencia- La ocurrencia de "verdadera" transferencia de tecnología en materiales de uso militar es menos probable que en el caso de tecnología de uso civil y por ello se hace difícil aspirar a cierto grado de autonomía en el futuro (Pirró e Longo, 1984).