Ana Paula Matei* , Ricardo Ayup Zouain**, Carla Schwengber ten Caten*** y Néstor Fabián Ayala****
Recibido: 03-04-2010 - Aprobado: 05-10-2010
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Los procesos de innovación y de creación de nuevas tecnologías son muy importantes para el crecimiento y desarrollo empresarial en el mercado internacional. Por lo tanto, las innovaciones tecnológicas definen la permanencia y la sustentabilidad de la mayoría de las empresas en el mercado.
Las instituciones de ciencia y tecnología (ICTs), según definidas en la Ley de Innovación y Tecnología (LIT) (Ley Nacional10.973/2004), son órganos o entidades que tienen por misión institucional, entre otras, ejecutar actividades de investigación básica o aplicada de carácter científico o tecnológico. La LIT dispone de incentivos para la innovación y la investigación científica y tecnológica en el ambiente productivo (Ley Nacional 10.973/2004). Para esta, las ICTs son consideradas, dentro del proyecto del Estado Brasilero, como actores esenciales para el desarrollo de este proceso. Esto ocurre principalmente en función de que el ambiente de innovación proporcionado por estas instituciones, especialmente por las universidades, propicia la mayoría de las innovaciones en el escenario nacional, basadas en la producción de conocimiento generado en estas ICTs. Las inversiones de las industrias en investigación y desarrollo (I+D) son muy tímidas y los incentivos y financiamientos gubernamentales son las principales fuentes para el desarrollo científico y tecnológico en Brasil. Esta condición resalta el hecho de que, en los países en desarrollo, como Brasil, la investigación es una actividad realizada en su mayor parte por la universidad (CRUZ, 2000; CALLIGARIS; TORKOMIAN, 2003).
El papel de las universidades tiene una ampliación fundamental a partir de la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología en 1987, pasando de instituciones focalizadas en la enseñanza, investigación y extensión, para una organización también comprometida con el proceso de innovación y transferencia de tecnología, que busca principalmente el desarrollo tecnológico y la ampliación del comercio exterior, con potencial para atender las demandas del sector productivo, con base en la realidad social y de mercado. La ampliación del campo de acción del papel de las universidades fue materializado después de la creación de la Ley de fundaciones (Ley Nacional 8958/94), que se expresa a respecto de las relaciones entre las instituciones nacionales de enseñanza superior y de investigación científica y tecnológica y las fundaciones de apoyo, determinando un marco legal pionero de integración de las ICTs con las empresas y el mercado.
Las universidades, históricamente, producen conocimientos que atienden a determinadas necesidades sociales, principalmente en la formación de profesionales para el mercado y para las funciones públicas estratégicas y relevantes. Las empresas tienen el papel de usar este conocimiento para el desarrollo de tecnologías e innovaciones para el mercado. De esta forma, las interacciones Universidad-Empresa dinamizan el contexto social, económico, tecnológico y cultural, beneficiándose mutuamente, mejorando la calidad de la enseñanza universitaria y la actuación del medio académico en la sociedad (SEGATTO; SBRAGIA, 1996; MARCOVITCH, 1999; CALLIGARIS; TORKOMIAN, 2003). Se consideran también las formas de relacionamiento entre Universidad-Empresa, el proceso a través del cual ocurre este intercambio de informaciones y conocimientos, denominado fundamentalmente como transferencia de tecnología (AYUP-ZOUAIN, 2008).
Este artículo analiza la interacción Universidad-Empresa, y tiene por objetivo describir las modalidades de interacción y presentar el flujo de formalización del proceso de interacción de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS) con las empresas, realizado a través de proyectos conjuntos.
En la sección 2 será abordada la interacción entre organizaciones para la innovación. Posteriormente, son abordados el desarrollo tecnológico e innovación en la sociedad y las definiciones sobre transferencia de tecnologías y propiedad intelectual. La sección 3 presenta los procedimientos metodológicos y en la sección 4 son descriptas las formas de interacción de la UFRGS con las empresas y como es realizada la formalización de este proceso, destacando el papel de la Secretaría de Desarrollo Tecnológico (SEDETEC).
El proceso de interacción es una forma de designar la relación de cooperación existente entre dos o más organizaciones, la cual puede depender de la naturaleza de la empresa y de su mercado, y varía según las fuentes, los costos y la intensidad del intercambio de información. La interacción Universidad-Empresa integra el proceso de desarrollo tecnológico e innovación que ha sido implementado con resultados relevantes para el desarrollo social, económico y tecnológico, como un diferencial para innovar en sus productos, procesos y servicios. La innovación cooperativa envuelve la participación activa de otras organizaciones, que pueden ser otras empresas o instituciones no comerciales, en proyectos de innovación (OCDE, 2004).
Las universidades son una importante fuente de oportunidades científicas y tecnológicas para la innovación. Las empresas buscan distintas formas de actualización tecnológicas en las ICTs, como capacitación, entrenamientos, servicios tecnológicos, patentes y otras posibilidades para interacción. A través de esta relación es posible identificar un largo proceso de aprendizaje y acumulación de conocimiento científico y competencias tecnológicas, envolviendo importantes articulaciones entre esfuerzo productivo, gobierno e instituciones de enseñanza e investigación (FREEMAN, 1995; SUZIGAN e ALBUQUERQUE, 2008).
En el contexto actual, de alta competitividad y de innovaciones tecnológicas en un nivel avanzado, las empresas tienen la necesidad de estructurarse visando la realización de acciones conjuntas. En general, la coordinación de estas acciones o del proceso de interacción debe ser visto como un proceso de gestión de dependencias entre actividades, considerando aspectos como: compartir recursos (humanos, de información y físicos), designar tareas, desenvolver el relacionamiento entre las empresas, entre otros (ASSUMPÇÃO, 2003).
De acuerdo con Assumpção (2003), la interacción entre las empresas ocurre en diferentes niveles: a) institucional (delineando políticas reguladoras para apoyar la adopción de nuevas tecnologías); b) relacional (construyendo relacionamientos para la difusión tecnológica); c) procesal (compartiendo el conocimiento de procesos); y d) operacional (uniendo esfuerzos para una mayor eficiencia de las operaciones). El comportamiento estratégico en cada nivel de interacción es dependiente y acumulativo, conforme las condiciones del ambiente para desenvolver la capacitación de las empresas.
Para Tidd et al. (2005), la cooperación entre empresas busca atender algunos objetivos comunes, tales como: (i) reducción de los costos y riesgos del desarrollo tecnológico; (ii) reducción de barreras y dificultades de entrada en el mercado; (iii) alcance de escalas económicas de producción; (iv) reducción del tiempo de desarrollo y innovación de nuevos productos; y (v) fomento del aprendizaje en grupo. Los autores destacan también los riesgos potenciales que las empresas poseen al cooperar en redes: 1) dispersión de la información; 2) pérdida de control; y 3) conflictos de interés. Sin embargo, consideran la interacción entre los agentes como atributo principal de la innovación en redes, compartiendo conocimientos y resultados dinámicos, disminuyendo incertidumbres y facilitando el proceso de innovación.
Las políticas tecnológicas brasileras vienen siendo establecidas recientemente, contemplando la creación de una serie de elementos para favorecer y estimular el desarrollo socio-económico, buscando un mayor dinamismo en la generación de riquezas, con el objetivo de mejorar la matriz tecnológica instalada en el país. Brasil vivió grandes transformaciones producto de su política tecnológica en la última década (CGEE e ANPEI; 2009).
Buscando fortalecer el sistema nacional de ciencia, tecnología y innovación, el gobierno brasilero ha actuado fuertemente en la promoción de acciones que favorezcan y estimulen los procesos de transferencia de tecnología. Por esta razón, muchas acciones creadas para promover la interacción entre los sectores públicos y privados se tornaron foco de los esfuerzos en la agenda nacional de la política de ciencia y tecnología (C&T).
Programas de financiamiento que promueven la cooperación Universidad-Empresa en el desarrollo de innovaciones fueron creadas para aumentar la capacidad tecnológica de las empresas. No obstante, a pesar de la disposición de estos recursos gubernamentales y sus diversos programas de apoyo al desenvolvimiento tecnológico y a la innovación, la demanda de proyectos por empresas todavía es considerada pequeña (CALLIGARIS e TORKOMIAN, 2003).
Esta agenda tiene el objetivo de tornar más competitiva la economía nacional y, de esta manera, el estado brasilero, el segmento industrial y los demás agentes del sistema nacional de innovación (SNI). Esta actuación permanente y de manera cada vez más efectiva para consolidar este ambiente favorable al desarrollo tecnológico y a la innovación, tiende a mejorar la calidad de los productos y servicios que son ofertados a la sociedad brasilera y al mercado internacional (SANTOS et al., 2009; MDIC, 2009).
Por consiguiente, el principal promotor del desarrollo tecnológico y de la innovación es el gobierno, pues las empresas, principalmente en el caso brasilero, no tienen una cultura consolidada de inversiones en I+D, y las universidades tienen plena capacidad de generación de nuevos conocimientos capaces de solucionar problemas de diversas ordenes en la sociedad. Datos procedentes de la OCDE y de otros organismos internacionales se refieren al hecho de que cerca de 2/3 de los recursos aplicados en desenvolvimiento del interés de las empresas son alocados en proyectos cooperativos ejecutados por universidades con el envolvimiento directo de estas empresas (CGEE, 2002). El gobierno, representado por agencias de fomento, proveen a través de llamados a concursos, recursos para el financiamiento de investigación y desarrollo tecnológico, vinculado a la formación de cooperativas entre empresas y ICTs, buscando que el conocimiento, las innovaciones y las tecnologías generadas, sean transformados en riqueza para el país, a través de la provisión de nuevos productos y servicios para el mercado.
Según la CGEE (2002), las políticas de gobierno son implementadas para generar posibilidades de que ocurra en Brasil lo que ocurre en la mayoría de los países desarrollados, donde el desarrollo tecnológico y la innovación son realizados dentro de las empresas o, por lo menos, conducido por ellas.
Considerando que diferentes organizaciones cooperan para la generación de soluciones adecuadas para la diseminación y promoción de mejorías y ventajas competitivas, frecuentemente se generan resultados innovadores, pasibles de protección. Esta ventaja competitiva, con la adición de valor a través del conocimiento científico y tecnológico, genera riquezas para la sociedad, la cual se beneficia de la propiedad intelectual resguardando el valor de estos activos denominados como intangibles. Este es el objetivo final de la propiedad intelectual, tener la capacidad de capturar beneficios económicos que derivan de las creaciones intelectuales y de inversiones en I+D (SOLLEIRO, 1999).
La protección de este conocimiento garante a quien generó la patente, el monopolio del invento en un determinado periodo de tiempo y la responsabilidad de usar, vender o autorizar la utilización del invento durante el periodo concedido (AZEVEDO, 2000). La propiedad intelectual tiene como objetivos favorecer el desarrollo, promoviendo la diseminación del conocimiento, y propiciando de esta forma la transformación de este último en valor para las empresas y consumidores, además del incentivo al descubrimiento, creaciones e invenciones (AMORIM-BORHER et al., 2007).
La invención, de acuerdo con la Ley de Propiedad Industrial brasilera (LPI), es una concepción resultante del ejercicio de la capacidad de creación del hombre, que representa una solución para un problema técnico específico, dentro de un determinado campo tecnológico y que pueda ser fabricada o utilizada industrialmente (Art. 76 da ley 9.279/1998). Para la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI), las patentes son las protecciones a los progresos tecnológicos o inventos. La finalidad de este sistema de protección es incentivar el desarrollo económico y tecnológico recompensando la creatividad.
Para esta organización, el concepto de propiedad intelectual se refiere a todas las creaciones de la mente: inventos, obras literarias y artísticas, símbolos, nombres, imágenes, diseños y modelos utilizados en el ambiente productivo. Se divide en dos categorías: la propiedad industrial y los derechos de autor. La propiedad industrial se refiere a las patentes de inventos, las marcas, los diseños industriales, las indicaciones geográficas y de origen (WIPO, 2008).
La propiedad industrial es un episodio de la propiedad intelectual que trata de la protección jurídica de los bienes incorpóreos aplicables técnicamente en los diversos segmentos de la industria (DI BLASI, 2005). A partir de la propiedad industrial, se pueden transferir o vender los derechos. La disposición de los derechos para uso o licencia, puede ser onerosa o gratuita, exclusiva o limitada, y puede tener un carácter de una locación, y la retribución es lo que se designa royalties, que en general es un porcentual calculado sobre la comercialización del producto. El derecho de patentes ofrece protección al derecho útil, traducido en tecnología, y siempre que esa tecnología fuere transferida, habrá desarrollo (AZEVEDO, 2000; BARRAL e PIMENTEL, 2006).
A pesar de las definiciones y del significado que el sistema de propiedad intelectual posee, no es posible garantizar que el aumento de la protección de tecnologías esté directamente relacionado con su transferencia. La necesidad de mecanismos efectivos para la transferencia de tecnologías es un factor determinante para el desarrollo (BARRAL; PIMENTEL, 2006).
La transferencia de tecnología indica el intercambio de conocimientos y habilidades tecnológicas entre instituciones de enseñanza superior y/o centros de investigación y empresas. Existen varias formas de concretizar este proceso, los cuales son: proyectos de investigación y desarrollo (I+D), servicios de consultoría y asesoría, formación profesional, licenciamiento de patentes, marcas y procesos industriales, publicaciones en la media científica, presentaciones en congresos, migraciones de especialistas, programas de asistencia técnica, espionaje industrial y actuación de empresas multinacionales (ANPROTEC, 2002).
Las universidades han probado y adoptado mecanismos alternativos de transferencia de propiedad intelectual. La idea de participación en las empresas como, por ejemplo, el pago para el uso de la propiedad intelectual de la universidad son mecanismos emergentes. Acuerdos en que la universidad recibe la participación en los lucros de una empresa a cambio de proveer a la compañía el derecho de uso de los derechos de invención de la universidad están siendo cada vez más comunes. Las operaciones de transferencia de tecnología tienen múltiplos objetivos como determinantes de la estrategia de propiedad intelectual. Aproxima vínculos entre universidad e industria, aumenta el prestigio de la universidad y aumenta y acelera la transferencia de tecnología para el beneficio económico y social de la nación o región (FELDAM et al., 2002).
Dentro del contexto referido, el conocimiento pasa a ser uno de los principales activos de una empresa y, consecuentemente, de la economía de los países. Según Zouain (2003), el mercado globalizado es característico de la economía del conocimiento. El termino economía basada en conocimiento fue promovido para describir las tendencias, verificadas en las economías más avanzadas, a una mayor dependencia de conocimiento, informaciones y altos niveles de competencia, y a una creciente necesidad de rápido acceso a todo esto (OCDE, 2004).
De esta manera y en función de la relevancia asumida por la gestión del conocimiento y la generación de innovaciones, en lo que respecta al nivel de desarrollo de empresas y países, surge la necesidad de acciones coordinadas, por medio de políticas públicas y estrategias que busquen estimular: (i) la competitividad de las empresas por la gestión del conocimiento, en su sentido amplio, y por la creación de ambientes organizacionales inductores de la innovación tecnológica sistemática; (ii) la distribución del conocimiento producto de las actividades de entidades de enseñanza e investigación y de la experiencia y visión de mercado de las empresas, proporcionando una sinergia potencialmente creativa y generadora de nuevas ideas y productos; (iii) aumento de los niveles de escolaridad y consecuente inclusión social de individuos que están fuera del mercado de trabajo, considerando el ambiente de la economía del conocimiento (ZOUAIN, 2003).
Según el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI, 2008), la transferencia de tecnología en el sistema de patentes tiene ventajas, ya que la patente es un título legal de propiedad. Transformase entonces en una negociación económica y comercial que de esta manera debe atender determinados preceptos legales y promover el progreso de la empresa receptora y el desarrollo económico del país (INPI, 2008). En este contexto, es posible definir que el proceso de transferencia de tecnología es la disposición de conocimiento de un sector para otro que lo transforma en algún bien viable de ser comercializado (CYSNE, 2005).
Para proceder al análisis del proceso de interacción entre la UFRGS y empresas, para la proposición de proyectos conjuntos, fueron necesarias cuatro etapas de levantamiento de informaciones:
*PPGEP/UFRGS E-mail: ana.matei@ufrgs.br
**PPGGEO/UFRGS E-mail: ricardo.ayup@ufrgs.br
***PPGEP/UFRGS E-mail: tencaten@producao.ufrgs.br
****PPGEP/UFRGS E-mail: nestor@producao.ufrgs.br
Vol. 32 (1) 2011
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